Cada año las agroindustrias a nivel mundial usan 4 millones de toneladas de químicos plaguicidas, lo que tiene efectos en todo el ecosistema. El herbicida glifosato es el químico más utilizado en la historia de la agricultura, y aunque se ha dicho que no es tóxico para las abejas y otros polinizadores, la evidencia señala lo contrario. Además de reducir la diversidad y cantidad de especies vegetales que pueden ser fuente de alimento, envenenan progresivamente a estos animales, afectando sus funciones vitales, como encontrar alimento o reproducirse, hasta que mueren, o heredan los efectos de los agroquímicos.

 

Las abejas polinizan una tercera parte de las plantas y vegetales de consumo humano, además juegan un papel primordial en el mantenimiento de ecosistemas en el planeta. La polinización de las abejas no sólo se traduce en una mayor cantidad de cultivos de frutas, bayas o semillas, sino que también puede mejorar la calidad de los productos. Otro elemento importante en la alimentación y economía de muchas personas es la miel. A nivel mundial, cada año se producen mil 600 millones de toneladas de miel, el principal productor es China, seguido por México, Estados Unidos y Argentina.

Un estudio reciente encontró que la exposición de las abejas al glifosato altera sus patrones y cantidad de sueño, aprendizaje y la memoria que son esenciales para el desarrollo y supervivencia de las abejas. También afecta la capacidad de orientación y navegación de las abejas. Las que se expusieron a esta herbicida realizaron vuelos desorientados y tardaron más tiempo en volver a la colmena que aquellas que no. Además, las abejas lo llevaron a la colmena, con lo cual afectaron a toda la colmena.

 

Millones de hectáreas de tierras de cultivo, parques y hasta aceras son rociadas con glifosato cada año en todo el mundo. Cuando se usa en agricultura, este compuesto penetra en el suelo, se filtra en el agua y sus residuos permanecen en los cultivos con lo cual estos insectos esenciales para el mantenimiento de la vida en el planeta están expuestos a estos elementos agrotóxicos.

A pesar de que la industria química nos ha querido convencer de que hoy en día no es posible mantener la agricultura sin recurrir a fertilizantes y plaguicidas sintéticos, la agricultura ecológica muestra cada día que no solo es la mejor opción para proteger nuestra salud y el medio ambiente, sino que es capaz de proporcionar una fuente de alimento diverso para las especies polinizadoras como las abejas. Es por ello que la agricultura ecológica es la única forma de garantizar alimentos sanos para hoy y también en el futuro.

 

Fuente: https://www.ecoportal.net/temas-especiales/pesadilla-abejas-glifosato/

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